RITO DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LA CARIDAD Una vez concluida la homilía, el Obispo parado frente al altar, invita a las familias que desean consagrarse a acercarse al altar.
INTRODUCCIÓN |
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Obispo: | En este año
Paulino y al comenzar el trienio preparatorio para la celebración del
cuarto centenario del hallazgo y presencia de la imagen de la Virgen de la
Caridad en Cuba, estas familias se disponen a celebrar solemnemente su
consagración a María, madre de Jesucristo y madre nuestra. Ella, invocada
como la Virgen de la Caridad del Cobre por los cubanos, es Modelo y
Estrella de la evangelización. Por eso estas familias quieren modelar sus
vidas y apostolado según el ejemplo de María, Madre Santísima, que desde
el principio supo estar abierta a la escucha de la palabra de Dios y
acatar su voluntad. |
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INTERROGATORIO El Obispo interroga a los que vienen a consagrarse con estas palabras u otras semejantes: |
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Obispo: | Consagrarse
significa entregarse y comprometerse. ¿Quieren consagrarse a la Virgen de
la Caridad y poner sus vidas al servicio de Dios y de la Iglesia como
laicos y según sus compromisos bautismales? |
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SM: | Sí, queremos. |
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Obispo: | María es la
primera discípula de Jesús, la mujer fuerte, humilde y sencilla, de fe
orante y comprometida que buscaba siempre la voluntad de Dios, atenta a
las necesidades de los demás. La mejor promesa que podemos hacerle a la
Virgen es imitarla. ¿Quieren imitar fielmente a María, Madre Santísima, en
sus vidas y en su apostolado? |
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SM: | Sí, queremos. |
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Obispo: | En María, la
Madre que nos entrega a Jesucristo, el Hijo de Dios, siempre hallamos los
valores del Evangelio. ¿Quieren hacer el compromiso de ser testigos de la
verdad del Evangelio y de proclamar por todos los pueblos, barrios y
ciudades, que Jesús, el hijo de María, es el Camino, la Verdad y la Vida? |
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SM: | Sí, queremos. |
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Obispo: | Entonces en
presencia de María, Madre Santísima, y de la iglesia reunida aquí hoy para
celebrar su fiesta, los invito a que hagan la profesión de su
consagración. |
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ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN | |||
SM: |
Virgen Santísima, soy todo tuyo y todas mis cosas te pertenecen. Te pongo al centro de mi vida. Danos tu corazón, María de la Caridad, para que unidos a tu hijo Jesucristo a través de ti, podamos en nuestro apostolado ser mensajeros del evangelio y portadores de la esperanza siguiendo tu ejemplo y acogiéndonos a tu protección. Que siempre se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas. Amén. |
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Obispo: | Padre eterno,
mira con bondad a estos hijos tuyos que al consagrarse a la Virgen de la
Caridad te ofrendan el amor que tú mismo les inspiraste. Concédeles que
sean siempre fieles al compromiso que han hecho. Por Jesucristo nuestro
Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los
siglos de los siglos. |
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SM: | Amén |
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Las familias consagradas regresan a sus asientos y continúa la misa. |