Miami, 27 de junio del 2008

Querido hermano Joselito,

Que alegría tan grande poder una vez mas compartir contigo, aunque hacía ya algunos años que no nos hablábamos por las cosas de la vida siempre estuve al tanto de ti por medio de nuestro hermano Bilan con el cual si he podido tener más contacto y de hecho verlo de vez en cuando. También he sabido de ti a través del contacto con nuestro hermano Alfredo.

Como andan de rápido los años, pero todavía me acuerdo de cuando éramos unos adolescentes y jóvenes trabajado juntos para salir adelante y mejorar las condiciones de nuestro tan querido Cienfuegos que como yo decía en aquellos momentos, parafraseando al inolvidable músico cubano Beni Moré (Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mí….)  y de hecho la última vez que estuve en Cienfuegos me quede maravillado de ver como se ha progresado.

Lo que me maravilla es la fuerza y la vitalidad de vida de nuestra gente que no sólo han echado para adelante, sino que como tú y tantos otros se han decidido a la aventura de buscar un porvenir para sus familias inmediatas y una forma de seguir contribuyendo a la causa de los que quedan atrás, yo comprendo esto en lo más profundo de mi ser pues aunque nosotros salimos de Cuba por razones diferentes, igual hemos tenido los mismos retos y obstáculos que vencer para poder resolver la vida y proporcionar un futuro mejor a nuestros hijos.

En otro momento les contaré mis peripecias en Madrid en 1968, cuando pudimos salir de Cuba con mis padres y hermana. Fueron momentos de alta tensión y gran emoción, pero también de grandes bendiciones por parte de nuestro Padre celestial. Dios y la Virgen siempre nos protegieron y cuidaron cariñosamente de nosotros, yo sé que también lo está haciendo y lo seguirá haciendo con todos aquellos que necesitemos de su amparo.

Por eso es que yo me imagino que Dios nos ha llamado a establecer la Sociedad Misionera, pues nadie puede comprender como nosotros que lo hemos vivido en carne propia como es que trabaja la Misericordia de Dios en sus hijos. Tú eres un ejemplo de lo que digo y de cierta manera yo también pues fue Dios quien nos educó en la fe y nos enseñó que dando es como se recibe, perdonando es como se es perdonado y amando como se comienza a construir el Reino de Dios en la tierra, que ha de comenzar con nuestra familia.

La familia ha de ser la piedra angular de la Sociedad Misionera; sin ella el mundo pierde su motor y el centro de acopio del amor de Dios en la sociedad. Tan es así que Dios nuestro Señor cuando vino al mundo a enseñarnos el camino de salvación, el ejemplo del amor hecho vida lo dio mayormente en los 30 años que vivió en el seno de la Sagrada Familia de Nazaret. Es desde esa experiencia de vida, como dice la palabra de Dios: “y crecía en sabiduría“.  Fue de la Santísima Virgen María que heredo todo su físico y su gran sentido de servicio callado y del Gran San José que aprendió el amor al trabajo y la ayuda a los necesitados así como también su sencillez y humildad hasta de pasar casi desapercibido en esos tiempos en que creció y se hizo hombre nuestro Salvador y Redentor, el que fijó las estrellas en su sitio y le dio vida a los seres del universo.

Tanto podemos comprender de Dios si analizamos bien a nuestra propia familia que sería imposible enumerarlo todo en una carta, pero aquí quiero dejar sentado algunas ideas primordiales que serán de ayuda a todos nosotros en apreciar la bondad y misericordia de Dios para con nosotros.

Primero: Dios en su Santísima Trinidad, es una familia que se ama eterna y perfectamente y de ese amor tan especial surgen las ganas de crear y reproducir a unos hijos por los que esta dispuesto a sacrificar todo.

Segundo: Cristo en su Santísima Misericordia, inspirado en el amor Trinitario y basado en la perfecta obediencia, no quiere otra cosa que satisfacer a Dios padre y su Divina Voluntad y está dispuesto a dejarlo todo para rescatarnos con el precio de su sangre y muerte de cruz  (locura y escándalo) para muchos de los hombres que vivieron en su tiempo y también para muchos de nosotros que no podemos comprender el misterio de la redención. Y es su gran sacrificio el único que puede dar sentido y alegría a nuestras vidas.

Tercero: El Espíritu Santo en su gran fuego de amor es quien nos da la inspiración y nos puede mover el corazón a que entendamos el plan de Dios en nuestras vidas y nos ayuda también, a entender cual será nuestra  función en el Reino que ha de comenzar desde el núcleo de la familia.

Así como Cristo vivió todo el plan de Dios en la sencillez del hogar de Nazaret así también nosotros los miembros de toda su iglesia, pero en especial los miembros de la Sociedad Misionera Juan Pablo II, hemos sido llamados en estos momentos donde la familia y sus valores no son respetados, sino que son despreciados y  mal interpretados, a ser como los testigos fieles a su ejemplo de obediencia y amor.

Espero que esto explique un poco el sentido y la razón de porque comenzar esta célula de la SMJPII en Sevilla enfocándonos en la familia. Nosotros desde Miami y Santiago de los Caballeros, estamos orando continuamente por todos ustedes, con la ilusión que pronto puedan comenzar a reunirse semanalmente, pues mucho ayudará a la formación de la comunidad si lo logran hacer con una frecuencia semanal y que siempre sea el mismo día y a la misma hora pues esto ayudará a que todos se hagan el buen hábito de participar en su comunidad, y como pasa siempre en estos casos, después de un poco de tiempo ya no se podrán pasar dos semanas sin participar, pues la comunidad es fuente de esperanza y vitalidad.

Cuando hablamos la semana pasada me dijiste que había algunos hermanos CUBANOS QUE CONOCÍAS en Sevilla y que los ibas a invitar a formar parte de la comunidad, pues yo quiero por este medio, invitarlos también y no sólo eso sino que pedirles su ayuda importantísima en nuestro trabajo de servicio para el pueblo cubano en la isla y fuera de la isla. Somos una familia todos hijos de un mismo Padre, desafortunadamente pasando por un momento muy triste y delicado en nuestra patria. Así que siéntanse invitados y bienvenidos a su nueva comunidad y enriquézcannos con su presencia y su compañía.

Por ultimo quiero dejarte saber que hay un matrimonio cubano que es parte de la casa central Sociedad Misionera Juan Pablo II en Miami que su aporte misionero es específicamente, entre un montón de otras cosas, el dar  conserjería y apoyo pastoral a todos los miembros de la sociedad donde quiera que se encuentren el mundo, y en especial a las comunidades cuando están comenzando. Ellos son Marlene y  Andrés Palomo.

Ellos te ayudarán en el proceso de formar la comunidad y de establecer el proceso de formación y de crecimiento espiritual de la célula y también de las cosas prácticas de todos los días, como pueden ser darte un consejo sobre cualquier código o pregunta en particular sobre la sociedad misionera. Para que sea más fácil el conocerlos yo te llamare por teléfono para que puedas hablar con ellos.

Bueno hermano, Dios los bendiga abundantemente y que su Paz y Amor estén con ustedes, los amamos en Cristo Señor y Salvador nuestro.

Adriano Garcia, Jr. y Olga Maria Mayoral-Garcia