Querido Hermano Alfredo,

Esta segunda carta es para, ponerte un poco al día de los diferentes sucesos que nos han estado ocurriendo por aquí con relación con nuestro trabajo misionero y vida comunitaria, así como con nuestra opción de vivir las exigencias del evangelio al servicio de los más necesitados, en familia. Pero primero quisiera darte más información sobre tu pregunta sobre el envió de medicinas a Cuba.

Las medicinas de las Hermana Sociales …………….

Como tú bien sabes, Amor en Acción nació como resultado de la inspiración del Espíritu Santo  en nuestras experiencias de convivir con los más pobres de Latinoamérica, siendo nosotros muy jóvenes y sin ninguna pretensión, ni ideas de que podríamos durar tanto tiempo en el servicio de los más pobres y convertirnos en una organización diocesana, pero Dios tiene sus planes que uno va descubriendo poco a poco y así han pasado 33 años.  Todos hemos aprendido y crecido en muchas facetas de la vida, cambiando y ampliando nuestro horizonte.

Hace ya algunos años que hemos estado sintiendo mi esposa y yo la necesidad de poder compartir en familia todas estas experiencias de misión y también tenemos algunos puntos de vista en relación con la forma en que una familia o comunidad compuesta por familias puede abordar todo el tema del trabajo misionero y la espiritualidad que todo esto requiere. Al mismo tiempo estamos concientes que Amor en Acción es un vehículo de servicio y preparación sobretodo para los más jóvenes, y un grupo de iniciación a la vida misionera que es muy necesario y que debe de mantener su identidad pues esos jóvenes necesitan poder participar en una experiencia tan enriquecedora y profunda como son nuestros viajes de verano y toda la preparación y dedicación que esto conlleva (así como todo el bien que se genera de nuestro esfuerzo y trabajo por los mas pobres).

Más está claro que en las cosas del Señor hay que ser dóciles al espíritu y oír la voz de Dios cuando nos llama aunque sea a dejar camino por veredas.  Señor habla que tu siervo escucha ...

Hace unos cuantos meses, aunque la idea venia desarrollándose en nuestras mentes y corazones desde hace varios años, decidimos, después de mucho orar y discernir en el espíritu, fundar otra organización misionera para poder cubrir un área de acción y servicio en la iglesia dirigida a la familia y primordialmente a las necesidades de nuestro pueblo en Cuba (aunque también consideraremos la posibilidad de trabajar en otros lugares).

El segundo domingo de pascuas de este año, en el día de la Divina Misericordia, formalmente decidimos establecer la primera comunidad de La Sociedad Misionera Juan Pablo II, que hemos fundado dos matrimonios:  Marzo e Iliana Artime, y Olga, mi esposa,  y yo.  La idea se basa en todo el caudal de la teología y la pedagogía de Juan Pablo II y en las ganas de servir a los más necesitados y en la posibilidad de que el día de poder servir al pueblo cubano se esta haciendo cada vez más cercano y real.  Por eso es que nos hemos dado a la tarea de establecer esta nueva organización misionera que fue fundada con la intención de ser un puente de amor, servicio y perdón, al mismo tiempo que un vehículo de esperanza y prosperidad para todo el pueblo cubano. Trabajando junto a la iglesia católica en Cuba para poder hacer una contribución a la evangelización siguiendo las guías trazadas por el Plan Pastoral establecido por la Conferencia Cubana de Obispos Católicos y de esa manera poder compartir a Cristo con todos nuestros hermanos de la isla, basando nuestro quehacer en los siguientes puntos que forman los pilares de nuestro funcionamiento interno:

1) Piedad.  Celebración de la Eucaristía en comunidad y oración comunitaria. Hablar con Dios. 

2) Estudio.  Una charla de enseñanza de la fe o relacionada con algún documento eclesial.

3) Acción.  Practicar las obras de Misericordia en alguien de su comunidad que lo necesite.

4) Profesión.  Círculos de estudio donde podremos crecer y practicar nuestras capacidades.

Juan Pablo II fue un gran hombre de Dios y defensor de los derechos humanos y en especial de los más pobres y necesitados del amor de Dios; un hombre que luchó hasta la muerte por la vida y por establecer la civilización del amor. Él será nuestro guía, en este caminar, junto al magisterio de la iglesia y basándonos en todo el caudal de documentos que hemos heredado de su trabajo y de su incansable ejemplo de ser un faro de servicio y de sabiduría de vida, abogando siempre por la unidad de todos los cristianos, pues todos somos una familia y en fin en su gran y profunda vida de oración, confiando siempre en Dios y su Divina Misericordia.

Nos encomendamos a la Virgen María de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, a San José, custodio de la iglesia, y por supuesto a nuestro Señor y único Salvador Jesucristo, para que sepamos cumplir su voluntad y ser fieles al servicio al cual hemos sido llamados. Como puedes ver hemos estado trabajando calladitos siguiendo el patrón de sencillez y humildad de la Sagrada Familia y es ese ejemplo de servicio callado que queremos mantener, como método operativo, sin alardes ni espavientos solícitos y eficaces, imitando a San Francisco y San Ignacio.

Por otro lado sabemos que nuestro propósito será realidad solamente si somos fieles y no tenemos miedo, para eso  la mejor vacuna es la oración, pues sin ella no llegamos ni a primera base.  Fue por esta razón que se nos ocurrió la idea de establecer una pequeña célula de la Sociedad Misionera en Cienfuegos, y para que fuera nuestro punto de apoyo y de coordinador escogimos a Bilan, quien se dio a la tarea de invitar otros miembros del grupo original del barrio, para que se dieran a la tarea de que con sus oraciones, sacrificios, buenas intenciones y capacidades profesionales, intercedieran ante Cristo nuestro Salvador, para que la voluntad de Dios Padre se haga presente en todo lo referente a la Sociedad Misionera, su formación, crecimiento espiritual, y sus obras de misericordia (corporales y espirituales) que al fin de todo deben de ser y son la razón por la cual ha sido establecida. Cumplir con el Plan de Dios, según se va presentando en nuestras vidas, creciendo en santidad, amor, servicio y sabiduría para así poder ser más eficaces y fieles a la construcción del Reino de Dios.

Según me cuenta Bilan ya tienen un grupo establecido de matrimonios y están listos para comenzar a reunirse con la intención de interceder a favor del pueblo cubano.  De más esta decirte que esos muchachos te aman como un padre y sienten un amor especial por Cuba y su pueblo gracias a ti y tu ejemplo de padre amoroso y buen proveedor que siempre nos has dado no sólo buenos consejos y ejemplo sino también todo lo necesario para vivir en el amor de Cristo.

Nos daría tremenda alegría y tú nos pudieras ayudar a guiar a este grupo en sus primeros pasos aunque nosotros estaremos desde aquí en comunicación con ellos y haremos todo lo posible por trasmitir todo lo que podamos la necesidad inminente del pueblo cubano y también les apoyaremos con todo lo referente a la formación etc., pero el que tú los ayudes en sus primeros pasos seria de gran consuelo para nosotros.

Hoy partieron hacia La Habana, 5 personas de Amor en Acción en un viaje exploratorio que pudimos establecer con la ayuda de Dios y el diligente trabajo de Mons. Felipe de Jesús Estévez, obispo auxiliar de Miami y Mons. Emilio Aranguren, obispo de Holguín y ecónomo del CELAM.  Reza mucho por este viaje exploratorio que hacemos en silencio de él dependerán las próximas misiones que podamos hacer tanto en Amor en Acción como en la Sociedad Misionera.

Recibe  nuestro incondicional cariño y nuestras oraciones para que Dios te siga dando ese don de Amor y Servicio del cual tanto hemos aprendido y recibe un fraternal abrazo de quienes nos consideramos tus hijos espirituales. Gracias por el regalo de tu persona, por educarnos con tu vida, por tu música y por tu dignidad de cubano ejemplar.

Te amamos en Cristo Jesús Salvador Nuestro.

 

Adriano García, Jr. Y Olga Maria García-Mayoral